- En 48 horas desaparecen los síntomas agudos

Pielonefritis
La infección urinaria alta o pielonefritis es una enfermedad renal caracterizada por la inflamación aguda o crónica de la zona de la pelvis renal próxima al uréter y el tejido renal. Normalmente solo afecta a un riñón. En muchos casos la pielonefritis se produce como consecuencia de una infección ascendente: si los agentes patógenos acceden a la vejiga a través de la uretra, pueden llegar, desde ahí, a la pelvis renal por medio del uréter, que transporta la orina desde la pelvis renal hasta la vejiga urinaria. Los organismos patógenos más habituales en la pielonefritis son las bacterias.
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La infección urinaria alta (pielonefritis) está provocada normalmente por alteraciones en el flujo y excreción de la orina. Estas pueden deberse, por ejemplo, a la presencia de un cálculo en las vías urinarias. Si la orina no se excreta correctamente, existe la posibilidad de que aparezca una infección por vía ascendente. La pielonefritis crónica puede surgir tras daño renal producido por abuso de analgésicos, entre otros. También quienes padecen diabetes mellitus tienen mayor riesgo de pielonefritis.
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Uno de los síntomas típicos de la pielonefritis aguda es un malestar intenso y de aparición repentina. Las manifestaciones clínicas más habituales son: falta de apetito, agotamiento, fiebre alta, escalofríos en algunos casos, pulso acelerado o taquicardia, dolor en el flanco persistente o espasmódico (dolor en los costados del abdomen), síntomas de una cistitis: dolor al orinar y ganas de orinar más intensas y frecuentes.
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Para el diagnóstico es importante, ante todo, la información sobre infecciones contraídas en la infancia o durante un embarazo, ya que un brote agudo es, en muchos casos, consecuencia de una infección crónica. A continuación se realizan diversas analíticas, que incluyen un análisis de sangre y de orina: análisis de orina, análisis de sangre, ecografía y examen radiológico.
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Es antibiótico y debe hacerse, si es posible, de forma selectiva, eligiendo el mejor de aquellos a los que el germen es sensible (debe hacerse por tanto cultivo de orina y antibiograma). La aplicación del tratamiento es diferente dependiendo de la edad, localización, tipo de infección, recurrencia, etc. Se pueden realizar distintas pautas, en monodosis, tratamiento de 3 días o bien tratamientos más prolongados de 7-10 días.
El tratamiento profiláctico consiste en administrar un antibiótico o antiséptico a bajas dosis, en una toma diaria, durante tiempo prolongado. Tiene la ventaja que durante el periodo de tratamiento el paciente permanece libre de enfermedad.